Notas

#ElPibeDe40

Hace unas semanas Manu Ginobili arrancó su décimo sexta temporada en la NBA, lo más alto del básquet mundial. Al ver sus primeros partidos, recordé al instante un cuento de Hernán Casciari, llamado ¡Moríte, ídolo! Comienza así: La muerte en contadas ocasiones fulmina a sus víctimas en la cúspide de su éxito, porque si los matara a tiempo estaríamos superpoblados de ídolos. A Kennedy lo aniquilamos justito; también al Che y a Gardel. Pero a García Márquez, a Charly García y a Tarantino, ay, los estamos dejando vivir demasiado. A Maradona, por ejemplo, habría que haberlo matado –de un modo ampuloso, por ejemplo un tiro en la nuca disparado por un hooligan vengativo– a la salida de la concentración mexicana, el 17 de junio de 1986, día siguiente a la final con Alemania.

Puedo agregar al cuento, que hay algunos casos, muy pocos, el paso del tiempo no hizo mella. Se me vienen a la cabeza Fangio o el Negro Olmedo. Y para no hablar de algo trágico como la muerte, permítanme hacer una analogía con algo menos dramático: el retiro de los deportistas. Qué difícil debe ser decidir cuál es el mejor momento para abandonar la actividad profesional. ¿Se retiraron en el momento justo Michael Jordan, Usain Bolt o Muhammad Alí, por citar solo algunos? ¿Acaso importa?

En cuanto a Manu, algunos pensaron que ese momento fue al final de la temporada 2012/2013, cuando con 36 años, tuvo varias lesiones. Pero no. Se hubiesen equivocado. Nos habríamos perdido la participación de Manu en un nuevo campeonato de los Spurs, con una serie final memorable contra los Heat de Lebron James y compañía.

Algunos fueron más allá en el tiempo y presagiaron que el momento era luego de la temporada 2014/15. ¡Menos mal que no fue así! Quién se puede olvidar la tapa a Harden en el último segundo, o la notable serie contra los poderosos Golden State Warriors, donde los Spurs jugaron diezmados por las lesiones de Parker y Leonard, y Manu se puso el equipo al hombro. Los últimos minutos en el AT&T Center van a quedar en nuestra memoria por mucho tiempo, con la gente ovacionándolo y él yéndose del estadio notablemente emocionado. Para algunos era el retiro ideal.

Antes de comenzar esta temporada, ya con 40 años, se tomó el tiempo necesario para pensar tranquilo qué hacía. Finalmente, el 19 de julio confirmó que seguía una temporada más. Y qué bueno verlo otra vez en una cancha. En los primeros partidos demostró que todavía tenemos mucho más para disfrutar de Manu. Al menos nos aseguramos esta temporada, después él verá. Aprovechémoslo.

Darío Faure

05/11/2017